sábado, 12 de marzo de 2016

Otoños que crecen bajo la piel








Ten cuidado con ese par de alas que se te han pegado a la suela de los zapatos y no intentes dejar huella con ellas.
A simple vista te parecerán solo hojas muertas que se acurrucan en las esquinas asustadas del azote del viento que hace que el Otoño las desangre sin piedad en las aceras.
Un día crecieron fuertes y valientes cosidas bajo mi piel.
Antes de que fuera consciente de lo alto que podía volar cuando cerraba los ojos pero sobre todo cuando los tenia abiertos.
Han pasado mucho tiempo alejadas de la mirada ajena de todo el que olvida que puede encontrar en cualquier lugar aquello que ha olvidado buscar cuando fija su mirada en el cielo.
No las infravalores ni las menosprecies porque su presencia solo significa una cosa. Su muerte solo tiene un motivo.

Que estén apiladas sobre el suelo solo puede tener un porque. Otras ocuparon su lugar cuando sangraron y murieron, cuando fueron arrancadas antes de conocer su verdadero poder.
Otras crecieron en su lugar. Otras mas fuertes y valientes, mas combativas y resistentes. Conscientes del poder regenerador que siempre habían poseído. De su capacidad de ser hojas de Otoño que se convierten en naturalezas muertas fragmentadas en miles de trozos para mas tarde regenerar de nuevo la vida y parir dos alas nuevas y resistentes.
Dos nuevas alas que crepitan como fuegos artificiales abriéndose camino sobre la piel , trazando nuevas direcciones. Laberintos que vivian en un mundo subterráneo debajo de la carne y escondidos de las codiciosas miradas ajenas. Perfectas en su imperfección.
Agradecidas a los que las menospreciaron y las quisieron hacer débiles a base de  hundirlas con débiles te quiero pronunciados sin  aparente maldad . A los que no vieron en su fragilidad fortaleza y en sus imperfecciones una suma de pequeñas cosas perfectas.
Son los que las han infravalorado y hundido los que las han hecho verdaderamente fuertes, realmente poderosas y bellas.



Ten cuidado con ellas.


Con las alas que crecieron de la devastación, esas dos alas de otoño que creían que no iban a llegar a ver la primavera  y ahora son un verano perpetuo
.Ahora saben realmente lo que significa volar, explorar el ancho cielo.




Quererse y querer a otros.



Hacer de la flaqueza la cantidad necesaria de coraje para vivir sin miedo.


Volar sin limites, sin tener en cuenta la distancia que eleva los pulgares del suelo.
Volar sin miedo a caer de imprevisto de nuevo bajo un manto de tierra.



Encontrar en el cielo continente donde la carne descifra cada una de sus letras.









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