sábado, 9 de marzo de 2013

Elogio a la cobardía.




El tiempo lo borra todo.
Los actos crueles o dañinos parecen borrarse con el paso de las horas.
El dolor o el sufrimiento también.

El tiempo lo destroza todo .

Los santos se convierten en sanguinarios asesinos y los asesinos en apóstoles beatificados.


Y querer y odiar significan lo mismo.

Y salvar a alguien con un beso o propinarle un golpe mortal son la misma cosa.


Porque el tiempo prostituye las palabras y hace a los cobardes dotarse de un nombre y jugar a ser héroes  cuando han nacido con el único pretexto de ser verdugos.



Cuando el agua nos ahoga y se avecina un naufragio, las estaciones pueden cambiar el curso de una vida y convertir al espectador cruel en un mártir.



Solo el corazón sabe la verdad. Y para llegar a el no hace falta brújula ni azar alguno.
Basta con sentirlo en el pecho como un golpe o la caricia mas tierna.

Basta con dejar de tener miedo.








Porque alejarse de uno mismo y adentrarse en la verdad de otro da un terrible y abominable miedo.

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