viernes, 6 de julio de 2012

Y tu ¿tienes la llama?




Infancia.

Una época risueña y dispar. Uno puede crear castillos de nubes y desmontarlos con una sonrisa.
Uno puede mostrar todavía sus sentimientos sin miedo alguno a caer en el ridículo o la desfachatez.
La crueldad es una sensación que se aprende en la infancia.
Cualquiera podría quedarse atónito ante esto. Un niño es el ser mas puro de este mundo.
Lo único perverso e incorruptible.
Un recién nacido es la única cosa totalmente inocente de este mundo pero según la educación y el entorno ese retoño puede llegar a desdeñar los sentimientos de sus semejantes con la misma frialdad con la que un asesino empuña un cuchillo.
Porque en la infancia todo esta permitido. No hay reglas. No hay matices.
No existen los malos ni los buenos.
El menor es amparado por todas las leyes aunque sea ese menor el que se empeñe en sobrepasarlas.

El débil solo es un pretexto de la naturaleza. El débil tiende a hacer daño al  mas débil y suele endurecer su figura para parecer mas fuerte pero ello no le dota de coraje o fuerza real.

Ocurre en cualquier lugar.
Hara un tiempo unos niños decidieron asesinar a una persona que no estaba en sus mismas condiciones mentales. Una minusvalida que fue arrollada una y otra vez por unos coches.
¿Sus asesinos? Dos niñatos que hoy están en la calle.
En la cárcel no hay sitio para el infierno pero en las calles se dibuja cada día.

La indulgencia y el descaro con el que algunos padres educan , olvidando que están creando monstruos capaces de todo.
Hace un año presencie como una clase de 30 niños de primero de la ESO apedreaba sin piedad a un animal muerto que ellos mismos habían asesinado unas horas antes.
Parece mentira que unos niños puedan presentar tan poca empatia hacia un ser humano y llegar a aniquilar una vida.
No se que clase de adrenalina se disparara al saber que has acabado con alguien pero debe ser monstruoso.
A nadie le importo.Son solo cosas de niños me dijeron.
Y justo en esa indulgencia en la manera de educar es donde se envenena la virtud de los demás.
Porque aquellos que pueden asesinar con tanta frialdad a un ser vivo también pueden asesinar a un semejante.
Caramba. Parece increíble,pero es verdad.
Ser buena persona hoy día parece ser un descuido.
La televisión esta llena de violencia. Son mas las malas noticias que las buenas.
Nos inmunizan para que esa violencia no tenga el valor de impactarnos.
Los rostros de los muertos por atentados terroristas se distribuyen en finas lineas visuales,preparados para dejar al iris patidifuso.
La sangre,el hedor,la muerte no tienen poder para impactarnos y la vida humana se convierte en algo que no vale realmente la pena.
Cuando hemos soportado tantas imágenes de muerte y destrucción ya nada tiene el poder de afectarnos.
Comemos con el telediario encendido engulliendo mientras vemos como el mundo se destruye.
No se puede esperar ningún atisbo de emoción.
No controlar las emociones parece lo único que debe ser pagado en esta vida.
La vulnerabilidad es una señal para ser marginado por una sociedad de la que salen cuatro genios y cien villanos.
Nada es totalmente puro.
Buscar la pureza es buscar algo inexistente.

Si miras a la ventana una madre juega con su bebe y lo colma de besos.
Se respira amor,cariño y ternura.

Y entre tanta maldad y degradación parece un espejismo.

Una pareja se encuentra en la otra ventana.El chico grita y la chica comienza a llorar pero en vez de desatar su violencia le limpia la lagrima y la abraza.

Parece increíble,inaudito e imposible.

Y entre tanto dolor elegimos la vida.

Porque son esos momentos los que nos hacen amarla. Esos instantes insustanciales cargados de belleza que llegan de improviso.
Y un minuto de gloria tiene el poder de borrar cien de dolor.
Aun existe la capacidad de sorprender pero es fácil olvidarla.


Amar hoy es lo de menos.
Odiar parece ser el leitmotiv de la vida.


Me gusta pensar que el que odia lo hace porque no ha podido cultivar todo el amor que tenia dentro.

Pensar que la maldad nace en si misma seria condenar a la humanidad.

 Todavía tengo fe en pensar que no estamos del todo muertos.
En pensar que pueden quedar cosas incorruptibles en esta vida.
Que la violencia no nos degrada hasta tal punto.

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